Vendajes (1992)

 

Performance, activación de un dispositivo fílmico (16 min, espacio de 18 x 5m, proyector de 16mm, dos espejos, cama de hospital encima de unos railes para travellings cinematográficos)

 

«Si te cortas, mejor venda el cuchillo» (palabras de Beuys en una canción de Laurie Andreson «It’s not the bullet» a reggae tune for Chris Burden, 1977)

El museo como hospital y la servidumbre del artista

Un proyector de cine duerme en una cama de hospital, proyecta una película hacia dos espejos que rebotan la imagen en la pared. A medida que la artista empuja el dispositivo a lo largo de un pasillo de 18 metros, la película va desvelando su cuerpo desnudo yacente en la misma cama. El público la sigue. Sus pasos están sometidos a una partitura muy precisa marcada por el vaivén y las diversas velocidades con las que han sido grabados los desplazamientos (travellings) a lo largo del cuerpo.

La proyección se desplaza por el muro al mismo ritmo en que fue grabado y por tanto el travelling mágicamente desaparece. Un haz de luz ilumina y recorta la imagen, se va adaptando a las protuberancias del cuerpo, como si el proyector fuera él mismo el haz de luz que iluminara una realidad escondida tras la pared blanca, convertida en pantalla. Los espacios expositivos son asépticos, como los de un hospital. ¿Pueden enfermar los objetos?

 

«…la acción de reflejar es un modo de apropiación, de borrar, como un prestidigitador, la diferencia entre sujeto y objeto» (El video, estética del narcisismo, Rosalind Krauss)

 

Sala Montaca Fundació la Caixa, Barcelona

 

Mi cuerpo y yo

The cries, gestures, and mechanical movements produced in us by physical pain are often indistinguishable from those provoked by pleasure.

 

La artista como cuidadora y activadora un mecanismo que la representa. Sus movimientos son mecánicos, rutinarios, nos remiten al trabajo, a la obligación, al sometimiento hacia un dispositivo que expresa mucha más vida que la que transmite su presencia física. El cuerpo desnudo siente, en su desnudez actúa y se mueve según sus emociones, abre otro plano que quizás sólo exista en su mente, una imagen virtual que dilata o fragmenta sus vivencias internas según sus marcos de pensamiento, sus expectativas.

Blancos son los espacios museísticos, como si guardaran objetos enfermos, preservando la magia bajo la capa de la dependencia hacia un objeto, una firma, unas condiciones controladas. La fina línea que separa la vida de nuestra realidad virtual que la determina, es cuestionada aquí gracias al efecto de grabar la película iluminando solamente el tramo que la cámara captura. Un ejercicio que repiensa los artilugios del pre-cinema, los dispositivos necesarios para que el acto mágico de la proyección cinematográfica ocurra y nos hipnotice.

 

 

“… el medio real del vídeo es una situación psicológica, cuyos términos deben llamar la atención de un objeto externo –el Otro– e invertirlo en el propio Yo. Por consiguiente, no se está hablando únicamente de una situación psicológica, sino que es la situación de alguien que, en palabras de Freud, ‘ha abandonado la inversión de objetos con líbido y transformado el objeto-líbido en ego-líbido’. Y esta es precisamente la condición específica del narcisismo…

…La reflexión del espejo, por otra parte, implica la derrota del carácter de separación. Su movimiento inherente va hacia la fusión. Obviamente el propio ‘yo’ y su imagen reflejada están separados literalmente. Pero la acción de reflejar es un modo de apropiación, de borrar como un prestidigitador la diferencia entre sujeto y objeto…

… este mundo ha sido profunda y desastrosamente afectado por su relación con los mass media. El hecho de que una obra artística sea publicada, reproducida y divulgada por los medios de comunicación se ha convertido virtualmente, para la generación que ha madurado durante la última década, en el único medio de comprobar su existencia como arte. La demanda de una reproducción instantánea en los medios de comunicación –de hecho la creación de una obra que literalmente no existe fuera de dicha reproducción, como ocurre con el arte conceptual y con su género menor, el arte corporal–tiene su recíproco natural en una modalidad estética según la cual el ‘yo’ se crea a través del dispositivo electrónico del feedback…(El vídeo: la estética del narcisismo, Rosalind Krauss)”

Cuaderno de notas, 1999